Nota de aplicación
El yoco, bejuco que vive en estado espontáneo en la región piedemontina ecuatorial, aproximadamente en la misma área de dispersión que la guayusa, aunque más en el Putumayo y el Caquetá, se usa por la corteza; ésta, raspada y echada en agua, suministra una bebida con efectos similares a los del guaraná. Con una carta de 1856, dirigida a su mujer, Agustín Codazzi le envía una porción de bejuco traída de la Ceja de los Andaquíes. El ilustre geógrafo explica: "Un poco de bejuco de yoco que sirve para componer el estómago quitando apenas la parte ásperade la corteza; luego se raspa la corteza formando como un afrecho, el cual se pone en un poco de agua tibia después de machacado bien y exprimido el jugo del afrecho puesto antes en agua y ese jugo es aquel que se bebe tomando por día una toma de un pocillo; o bien se quita la corteza y se cocina con una hora de fuego poniendo la cantidad de dos tomas, que sería lo que da el pedazo que se manda y cada toma que quede en un pocillo de agua" Actualmente su estado de conservación es precario.
Referencias bibliográficas
Ubicación jerarquica
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